domingo, 30 de septiembre de 2012

NOCHE DE ZARZUELA. GIGANTES Y CABEZUDOS…y los abanilleros en la guerra de Cuba…y otras guerras.



NOCHE DE ZARZUELA. GIGANTES Y CABEZUDOS…y los abanilleros en la guerra de Cuba…y otras guerras.

Acto celebrado en el Auditorio Municipal de Abanilla, el 07-9-2012




Ángel.-Buenas noches y gracias por venir al 5º año ya de “Las Cosicas de Abanilla
Perdonad si somos puntuales, es un vi­cio adquirido. Como ya saben quién es Eu­­­­­­ge­nio (E. Marco) y quién Ángel Esteve, no hace fal­ta que nos presentemos. Sim­­­plemente haremos, como siempre, una pequeña ob­ser­vación.

Eugenio y Ángel.- (Con la mano en la frente, como los indios, oteamos el horizonte brevemente. Esto es “una pequeña observación”)





Ángel.-Esta sesión de “Las cosicas de Abanilla”, metidas en septiembre por motivos de nues­­tra agenda veraniega, empezó a fraguarse como un ratico para ver y es­cu­char la zarzuela de “Gi­gan­tes y Cabezudos” que dura 1 hora y 10 mi­­­nu­tos, pero poco a poco Eugenio y yo nos fuimos en­re­dando para que us­te­des se en­te­raran de la situación histórica que había en la época del estreno de la obra… y es cuando em­pezó a salir gente de Abanilla. Así es que vamos pri­me­ro a los agra­de­ci­­mien­tos y después al grano.

Eugenio.- Como es habitual, nuestro agradecimiento a todas las per­so­nas que han co­la­borado para hacer posible la realización de este acto. Al Tte. Alcalde Pascual, así como a todos los que nos han dado algún da­to y aportado alguna fotografía de las que se proyectarán: Ginés Ro­camora Vives, Gabriel Esteve, José Miguel M.R., Alfonso Atienza, Mª Car­men Navarro, Candelaria (la nieta del tío Roña), etc. Y también el apo­yo técnico de Víctor Esteve y Manolo que, con su buen hacer nos ayudarán a que esto pueda llegar buen puerto.

Ángel.- Agradecidos todos, entramos en materia. Recordemos quiénes son los au­­to­res de la zar­zuela “Gigantes y Cabezudos”: El libretista fue Miguel de Echegaray y Eizaguirre. Era de fami­lia aragonesa y ma­­dre vasca na­ció en Quin­tanar de la Orden, To­ledo. Nacer en Quintanar de la Or­­­den fue por ca­­sua­­li­dad, sus padres via­ja­ban de Ma­drid a Murcia y a la cria­­­tura se le ocu­rrió ve­nir al mundo. Era her­mano de José Echegaray, el premio No­bel de li­te­ra­tu­ra en 1904. Miguel se licenció en Fi­lo­sofía y Letras y Derecho, y ejer­­ció como abo­­ga­do y como jefe de ad­mi­nis­tración civil en distintos mi­nis­te­rios. Tuvo sillón de la Re­­al Aca­demia de la Lengua. Escribió te­atro, sobre todo co­­medias, género chi­co y zarzue­las; un total de 110 piezas, 21 de ellas zarzue­las. 6 de ellas con música de Manuel F­er­nández Caba­lle­ro.

Ángel.- Manuel Fernández Caballero nació en Murcia en 1835, fa­lle­ció en Ma­­drid a los 71 años. Compuso más de 200 zar­zue­las. Tuvo 18 herma­nos, él era el más pe­­que­­ño. Con 15 años se fue a Madrid y allí, en el Conser­va­to­­rio, ob­tu­vo el pri­mer pre­mio de composición. Se pagó sus estudios ac­­­tuando como primer violín en el Te­a­tro Real, de donde pa­­só a director de or­ques­­ta del Teatro Variedades y des­­pués al Lope de Vega, al Teatro Circo y al Es­pañol.  

Ángel.- Con 18 años, ganó unas opo­­­siciones para ma­es­tro de la Capilla de San­tia­go de Cuba; pero no pudo ocu­­­par la plaza por no tener la edad que se re­que­ría. 11 años después mar­chó a Cuba como director de or­ques­ta de una com­pañía de zarzuela. Allí estuvo 7 años. Regresó. Unas cataratas le de­ja­ron casi cie­go, hasta el pun­­to de que tu­vo que dictar la música de “El dúo de la Afri­­­ca­na”, “La viejecita”  y “Gigantes y ca­bezudos”, a su hijo Mario que fue quien las plas­mó en el penta­gra­ma. Otras zar­zuelas de Fernán­dez Caballero son Los so­bri­nos del Capitán Grant”, “Château Mar­gaux” y El cabo primero”, por ci­tar al­gunas.

-El humorista Salvador Granés, re­­trató así al com­positor  murciano:
Comilón de siete suelas, / escribe con rapidez / partituras de zarzuelas / siem­pre y cuando que a la vez / mueva la pluma y las muelas. / Si su inspiración se agos­ta / y queréis que por la posta / recobre la inspiración, / enseñadle una lan­gosta, / seis chuletas y un jamón”.
-Ahora E. Marco, Eugenio, nos va a situar “Gigantes y Cabezudos” en la épo­ca de su estreno, allá por el 1898. Érase una vez… E. Marco.
Eugenio.- (españoles en Cuba).- La historia nos cuenta de esta isla ca­­ribeña que perteneció a España hasta el de­sastre de 1896. Cuba y Fi­­li­pinas fue­ron las úl­­ti­mas colonias españolas de ul­tra­mar en revelarse y luchar por su in­de­pen­den­cia, cuyas primeras guerras de guerrillas se remontan a prin­ci­pio del si­­glo XIX, llegando a su punto más álgido y su culminación con la “ca­sual” in­ter­ven­ción de los EE.UU., acabando con el armisticio y firma del tratado, en 1898. Nos cos­tó muchísimas vi­das y cuantiosos gastos de guerra, pero más del 60% mu­rie­ron por las enfermedades tropicales, que no por las balas del ene­migo.
Ángel.-La zarzuela “Gigantes y Ca­be­zudos” se estrenó el año 1898. Veremos en ella el regreso de los soldados de Cuba. Lo que sí que vamos a entrar, breve­men­te, es en la pequeña historia de los abanilleros que, por aque­llos años, es­tu­vieron por aquellas latitudes.
Eugenio.- A modo de memorándum nombraremos soldados abanilleros en dicha con­­tienda, los cua­les tiene relacionados y estudiados Ginés Rocamora Vi­ves, que es quien, principalmente, nos lo ha pro­por­cio­na­do.
 -En la prensa de la época hay referencia de algunos soldados abanilleros des­ti­na­dos a Cuba, pero tenemos constancia de algunos que intervinieron en aquella con­­­tien­da. Empezaremos por El tío Roña.






Este señor de la foto es Francisco Cutillas Perea, el tío Ro­ña. Falleció en Aba­nilla, de viejo, a los 81 años de edad. La foto es del 1955. En ese año, 1955, le con­cedieron cuatro medallas con paga y el gra­­do militar de Teniente Ho­­norario. Entonces le dio por comer de todo lo “bueno” y, presunta­men­te, enfermó de colesterol, diabetes, etc. Lo que no hicieron las balas lo hizo la gula ¡Porca miseria la del bienestar!
Las medallas fueron por los si­tios heroicos en los que participó, di­cen que, prin­ci­palmente en Cas­corro, donde estuvo con Eloy Gon­za­lo Gar­cía, co­nocido como “el héroe de Cascorro”, aquel a quien nos lo describen con bi­go­te, som­brero, la la­ta de petróleo en una mano, la antorcha en la otra, el fusil col­­gado al hombro y la cuerda atada a la cintura por si se lo car­gaban que reco­gie­ran su cuerpo.
El hé­roe de Cas­corro regresó a Es­pa­ña cadáver, pero no por he­ri­das de gue­rra, si­­­no por la ac­ción de las en­fer­me­da­des tropicales. (Nota 1)




El tío Roña (Francisco Cutillas Perea), en carnaval o en otras ocasiones, se paseaba por el pueblo con su uniforme, su sable y sus medallas. Los za­ga­­les nos reíamos de él, porque creíamos que iba dis­fra­zado de militar de gra­dua­ción, sin serlo. ¡Qué atre­­­vida era, es y seguirá siendo la igno­rancia!

Ángel.- Una pequeña aclaración sobre Eloy Gonzalo, “el héroe de Cascorro”. Se cuentan que este sol­­­da­do se fue voluntario a Cuba porque, estando haciendo la mi­li, pilló a un man­do en un “dale que te pe­go” con su novia y les dio una so­man­ta a palos de ór­da­­go. Le condenaron a prisión y para li­brar­se se alistó vo­lun­tario a Cu­ba… después ya sa­­ben la historia o la leyenda que nos han con­tado.
Eugenio.- Seguimos con más abanilleros en Cuba: 



  Ginés Lozano Ramón, padre de doña Erótida, ca­pitán de Infantería, que estuvo en Cuba y se licenció en Fili­pi­nas, en 1896. Se casó con la criolla Ma­ría Hernández Villareal. Regresó a Aba­ni­lla con su familia y aquí murió. Aquí tenemos el baúl de los recuerdos  



-Joaquín Martínez Tenza, Juan Rubira Ruiz y José Ramírez Marco (Mo­ce­no), que re­gre­sa­ron ilesos aunque, posiblemente, algo enfer­mos.
-Consta que fallecieron allí (no se sabe si por enfermedad o por las balas): José Poveda Pérez, Pedro Ruiz Valero, Pascual Nicolás Ruiz, Antonio Riquelme Marco, Jo­sé García Magro y Julián Amorós Sánchez (este último en Filipinas). Nos han dicho que Manuel Ruiz Ramón, abuelo de Marquitos y familia, y el padre de Paco Macanas, Francisco Vives Tenza, también estuvieron en la guerra de Cuba. (Nota 2)
-Otro militar a destacar y herido en ba­ta­lla fue el General Chacel 




 Del General Chacel (Don Julián Chacel García), la chiquillería de la época sólo conocíamos su calle, actualmente calle Prin­ce­sa, cuando jugábamos por la Replaceta y ad­ya­centes. Voy a hacer un peque­ño bosquejo de su per­so­na: No era natural de Aba­­nilla, aunque en 1903, nues­tro Ayuntamiento le nom­bró “hijo adoptivo” y le rin­dió un sonado homenaje, del que se hizo eco en la pren­sa. Era natural de Sa­hagún-León, hijo de don José Chacel Ferrero, médico de aquí y mé­dico-director del Balneario de Fortuna, que en 1874 era teniente al­cal­de y participó en una ba­tida contra los carlistas que correteaban por nuestro tér­­mino. Don Julián Cha­cel, coronel de Ingenieros, fue destinado a Cuba como je­­fe de las forti­fi­caciones y llevó a cabo la dirección de la instalación de la red te­­le­­gráfica en la isla. Des­pués del con­flicto regresó a España y tras varios destinos mu­­rió en Madrid, siendo di­rec­tor de la Escuela Superior de Guerra, con el grado de Ge­ne­ral de Brigada. Su pa­dre vivió en la casa, actualmente derri­ba­da, que for­­­ma rin­conada entre la Replaceta y la actual calle Princesa, antes del Gral. Cha­cel. Era la casa de la señorita Conchita.

-El tío Cándido Martínez Valdés y su mujer, (padres de Pepe el de Cán­dido, de Conchita y de Paco). Según me han dicho vinieron de Cu­ba, tras el conflicto, con el Gral. Chacel y heredaron la casa y demás pose­sio­nes que és­te tenía aquí de su padre. En esta casa se con­ser­vaban hasta hace poco dos baú­­les de la época, con sus uniformes y demás per­trechos.

- A quien citaremos a continuación no es abanillero, pero tiene descendencia en Abanilla. José de Juan Tomás



 Tte. Coronel de Infantería de Marina. Se trata del bisabuelo de los hijos de “Manolito el Bueno”, por parte de su madre, Adelaida, natural de Cartagena. El bisabuelo, estuvo en la guerra de Cuba con la “Gloriosa Armada”. La foto es de cuando era Capitán.

Ángel.-Uno que se libró de ir a la guerra de Cuba fue José Ruiz, el her­ma­no de mi abuela Constantina que fue el padrino de mi hermano Ga­briel (Es­teve Ruiz). Se libró porque pagó los 6.000 reales del ala para que fue­ra otro en su lugar. Después de aca­bada la Guerra le entró el gusanillo de co­no­cer Cu­ba y allí se largó. Retornó al pueblo y partió para Argentina, después a Orán, vol­vió de nuevo a Abanilla, sacó de pila a mi hermano Gabriel… al que no le regaló ni el chu­pete, y nuevamente se fue a Argentina por los siglos de los siglos.

Ángel.-Y si mi antepasado José Ruiz pagó para no ir, Joaquín Martínez Ibáñez, abue­­­lo de Paco el Gafas y José Miguel, para entendernos, se escapó por in­fluencias. Fue así: Re­­sulta que cayó prisionero de los rebeldes y, al ente­rarse el jefe de los insu­rrectos que Joaquín era de Abanilla, lo entrevistó y le di­jo que él era nieto de abani­lleros. Le dio un salvoconducto y le facilitó la huida pa­ra que pudiera re­gre­­sar a su campamento. Después de la contienda volvió vi­vo al pueblo y cuan­do so­li­citó la paga (como el tío Roña), se perdieron los pa­pe­les y no cobró. ¡Es el pu­to papeleo de este país de papeles!


Eugenio.- Otras personas que estuvieron en Cuba después del conflicto bélico, fueron mi abue­lo Eugenio y sus hermanos José y Miguel Marco Rivera. Jo­sé se afincó allí, por la zona de Matanzas, se casó y echó raíces, de las cuales se han perdido la pis­­ta tras tomar el poder Fidel Castro. 



Tenían negocios comerciales, que empe­za­­­ron con una tienda de la época, en que había de todo lo vendible y com­para­ble; como las del oeste americano. Vinieron a Aba­­nilla en 1922 y fueron capitanes en las fies­tas. Mi abuelo regresó a España so­bre 1915 y su hermano Miguel después de 1922, y se casó con Ca­ta­lina Ri­vera (La tía Catalinica, la del lavadero).





- También quiero reseñar que en Cuba se creó una empresa que reclutaba gen­te para la construcción del canal de Panamá, cuya reseña apareció en los pe­rió­­­­­di­cos nacionales y algunos españoles trabajaron en la construcción del re­fe­­ri­do ca­nal a través de ella. Mi abuelo trajo de Cuba un baúl con sus pertenencias. Ve­­­an el baúl



   
Y el baúl lleva la correspondiente etiqueta 




Ángel.- Fíjense que en la etiqueta, a la derecha, pone la ciudad cubana de “Ma­tan­zas” que es la capital de la famosa Playa Varadero. De allí también era la ma­­­dre del compo­si­tor Ernesto Lecuona, ese de la canción “Siboney”, por po­ner un ejemplo sencillo de una pieza famosa del autor. Y allí murió Eloy Gonzalo. 

Eugenio Como decía, en el baúl que mi abuelo trajo de Cuba hay una bandera que es la de Panamá (la pri­­me­ra, no la actual), pero yo no tengo constancia de que mi abuelo fuera a tra­­bajar allí, ni por qué está en su baúl, pero la guardo como un recuerdo y aquí la tienen. 




 Daré algunos datos sobre el canal de Panamá, por si alguien puede encontrar da­­tos de personas que pudieron trabajar en él: La independencia de Panamá fue en 1904, de la que es esta bandera del baúl de mi abuelo. El canal se cons­tru­­­­yó entre los años 1890 a 1914 y estuvo en pruebas y reacondicionamientos has­­ta 1917, en que comenzó el tráfico continuo sin contratiempos, inau­gu­rán­do­­­se oficialmente en 1920.

Ángel.- Con este panorama y situados en la historia, veamos ahora la obra “Gigan­tes y Cabezudos” estrenada el martes 29 de noviembre de 1898 en el teatro de la Zarzuela de Madrid. Notarán que hay temas de rabiosa ac­­­­tua­li­dad, como subidas de impuestos y demás, porque progresamos en los años pero seguimos teniendo y creando los mismos pro­ble­mas de siempre.
_______________________________________________________________

 PROYECCIÓN DE DVD
“GIGANTES Y CABEZUDOS”
DURACIÓN 1h: 10 minutos
_______________________________________________________


Eugenio.- Para completar esta sesión de “Las Cosicas de Abanilla” lo haremos con una pieza muy nuestra, aunque la letra es de un madrileño y la música de un gra­nadino. Nos referimos al “Canto a Murcia de la zarzuela “La Parran­da”. 


Ángel.-El madrileño que escribió la letra fue Luis Fernández Ardavín, dra­ma­tur­go, po­eta, periodista y guionista cinematográfico.

La música es de un señor de Granada a quien en la pila bautismal le pusieron el nom­bre de Francisco de Asís, Gregorio de la Santísima Trinidad Alonso y López. El maestro Francisco Alonso. Falleció en mayo de 1948. De entre sus muchas obras famosas os cito el pasodoble deBan­­de­ri­ta, tú eres ro­­ja” de la zarzue­la “Las Corsarias” del año 1919, ese que can­ta­ban los soldados cuando iban a la Gue­rra de África. (”Allá por la tierra mo­ra…”) Esta zarzuela estuvo pro­hi­bi­da, porque tenía en su letra alusiones satíricas a Alfonso XIII. En 1934 la con­vir­tieron en Revista y le cambiaron la letra por eso de que a la banderita roja y gualda le faltaba el color mo­rado). La Reestrenaron en el Romea de Barcelona en 1975.


Eugenio.-“Abanilla y la Guerra de África”. El protectorado español de Ma­rrue­­cos comenzó en el siglo XIX, cuando los marroquíes de las tribus pró­xi­mas a Ceu­­ta y Melilla intentaron conquistarlas por las armas. La serie de todos estos he­­chos bélicos están muy estudiados en la historia, siendo los más san­grientos los de 1909, en Melilla y los del desastre de “Annual”, con el antes y el des­­pués del desembarco de Alhucemas, hasta 1927-28, en que se pacificó el terri­to­rio y se estableció la nueva delimitación, encargándose de su defensa la re­cién creada Le­­gión Española. Bastantes de los reclutas se declararon pró­fu­gos, otros se li­braron del alistamiento pagando, los que tenían dinero, las famo­sas 1.500 Ptas. (Los 6.000 reales de antes que serían 9 € ahora).


En el programade fiestas de 2011, José Mª López Lozano escribió sobre la muer­­­­te de tres soldados abanilleros en dicha contienda: Se trata de José Ba­ñuz Riquelme, Guillermo Riquelme Tomás y Mariano Vives Molina, per­te­­necientes al Regimiento de Infantería Melilla nº 59, con la graduación de ca­bos, fallecidos en Sidi Musá, en julio de 1909, por herida de arma de fuego. Es­­­tán enterrados en el cementerio de Melilla, en el panteón Margallo. Además de los anteriores, nos consta que Domingo Soriano Cutillas, salió ile­so y emigró a Argelia, donde se estableció.
Fuera ya de esta sangrienta contienda, tenemos constancia de que en 1928, An­tonio Salar Lajara, nacido en Orán, de padres abanilleros, que era de la Policía Territorial del Protectorado, (perteneciente al cuerpo de vigilancia y seguridad del estado), estuvo destinado en Tetuán, Larache y Alcazar­qui­vil, mu­riendo de enfermedad. Su viuda y sus hijos se vinieron a Abanilla.





-Nuestro Ayun­tamiento les dedicó una calle, la que va desde la avenida de Sal­zillo a la En­comienda, cuya placa de mármol blanco todavía se conserva en la es­­qui­na de la casa de Anín. Se le ha cambiado de nombre y se llama “de Ramón y Cajal”, que estuvo en la guerra de Cuba, de médico militar. Cuando se efec­tuó el cam­bio de nombres de calles, en 1985, alguno debió interpretar que es­to de los Hé­­­roes de Melilla y del Gral. Chacel, se trataba de personas inhe­ren­tes al con­flic­­to de 1936-1939, por parte de los vencedores… y le quitaron el nombre. (Nota 3)
-No sabemos, por el momento, si hubo otros soldados muertos en Ma­rrue­cos en los años siguientes hasta acabar el conflicto, cuando el desastre de “An­­­nual” y de­más insensateces y heroicidades. Aunque el te­ma lo deja­mos abier­­to por eso de ir investigando en las historias de la historia de Aba­ni­lla.
Eugenio.-En Melilla, también tenemos que hacer una reseña del Gral. Cha­cel.
Cuando regresó de Cuba, uno de sus des­tinos fue el de 2º comandante de esta Plaza y le de­di­ca­ron una ca­lle, la cual todavía continúa llamándose “del Gral. Chacel”. Podéis com­­­­pro­­bar­lo a tra­vés de internet. Nosotros ni ponemos ni quitamos calles, pero sí que de­be­mos ha­cer un inciso a la reflexión, por si alguien considera que el rec­­tificar aún es de sabios”. Sin excluir a ninguno de los abanilleros que, pre­­sun­­ta­men­te, die­ron su vida por la Patria o derramaron su sudor y sangre en los campos de ba­­­ta­lla, luchando por sus ideales, en todas las épocas, sin dis­tin­ción de sexo, co­­­­lores, siglas, graduaciones, religiones, posición social, o fue­ron re­­­presaliados por los contendientes. Pedimos un fuerte aplauso en pro de su me­moria.
(Poner­nos en pie y aplaudir)

Ángel.- Entramos en la recta final con la música del maestro Paco Alon­­so, con el Canto a Murcia”. De su plu­­ma salieron también, entre otras, el zortzico Maitechu mía, La Revista “Las Le­an­dras” con el pasa­calle de “los Nardos” (Por la calle de Al­calá)  y el chotis del “Pichi”; el pa­so­do­ble de “los Chisperos” de “La Ca­lesera” y el Can­to a Murcia de “La Pa­­­­­­­­­­­­­­r­­ran­da” que se estrenó hace 84 años (el  26 de abril de 1928) en el Tea­tro Calderón de Madrid. El mis­­mo teatro en el que he­mos vis­to hoy la zar­zue­la “Gigantes y Cabezudos”.  An­­tes de entonar el Canto a Murcia y, mientras todos preparamos la voz, un aviso.


             
Ángel.- Para futuros años hay muchos temas para tratar, como: Los Coros y Dan­­­­zas, el Fulbito, Capachos 2ª parte, Pajes y Capitanes, el río Chícamo con su flo­ra y su fau­na…

Eugenio.- Y, si el público lo demanda, el tiempo no lo impide y las au­to­ri­da­­des com­­­pe­ten­tes lo permiten, en años venideros no se descarta la po­sibilidad de ha­cer char­­las coloquio sobre: la expedición de los españoles a Vietnam (an­tes que los fran­­ceses, los rusos y los americanos); y puestos ya hablaríamos de per­­­­sonajes fa­­mosos como El Capitán Trueno y el Jabato; Roberto Alcázar y Pe­drín y hasta del 7º de Caballería si se tercia.

Ángel.- Otro tema intere­san­te digno de es­­tudio es: “Có­mo rompíamos culeras por los barrancos de Aba­nilla”. 
Y dicho esto, ahora, como despedida cantaremos el Canto a Murcia de “La Pa­rranda”. Lo pondremos en plan karaoke. Así es que pueden can­tar­lo, sin ver­güen­za. Ya saben, letra es de un madrileño; la mú­si­ca, de un grana­dino.

¡¡BUENAS NOCHES Y HASTA EL DÍA 22 A LAS 22!!




NOTAS:
1.    Murió en el hospital de la ciudad de Matanzas. Por su acto de heroicidad le concedieron la Cruz de Plata al Mérito Militar y a su capitán, Francisco Neila, “la Laureada de San Fernando”. Cosas de la puta mili. La causa de su muerte, según el parte médico fue la disentería ulcerosa.
2.    Nos han facilitado información verbal sobre algunos abanilleros más que estuvieron en la guerra de Cuba. Seguiremos recabando información e indagando en los archivos.
3.    Don Santiago Ramón y Cajal estuvo en la guerra de Cuba, como médico militar. Enfermó y tuvo que ser repatriado. Poco a poco se recuperó y pidió la baja, para dedicarse a la investigación, donde alcanzó la merecida fama que tiene. En sus memorias relata los trapicheos burocráticos y la falta de medicinas y medios en los hospitales de Cuba, donde las enfermedades tropicales, en aquellos tiempos difíciles de curar (Pasteur no había desarrollado las vacunas) produjeron más bajas que las balas. También cuenta que para cobrar los atrasos de sus haberes, tras pedir la baja en el Ejército, tuvo que sobornar a un chupatintas de los entonces funcionarios ¡Puto país del papeleo y del pasteleo “sine díe”! El vuelva usted mañana, que decía Larra y la póliza móvil que vino después, sin olvidar los sellos “voluntarios” para los colegios de huérfanos y otros fondos de reptiles.

                

sábado, 15 de enero de 2011

HISTORIAS DE LA AGRUPACIÓN MUSICAL ABANILLENSE

Las Cosicas de Abanilla. 22- agosto -2009
Coordinan: Ángel Esteve Ruiz y Eugenio Marco Tristán
Presenta: Ángel Esteve Ruiz
Equipo Técnico: M. Martínez Lozano, R. Rocamora Marco y V. Esteve Alonso.



Ángel.- Buenas noches. Bienvenidos y bien llegados a esta segunda edición de “Las Cosicas de Abanilla”. El año pasado fue con las historias del Cine de Bernardina Carrión y éste será sobre “La Agrupación Musical Abanillense”. Para ello tenemos aquí a un nutrido grupo de esas personas que han hecho la historia de la Agrupación.
            Este pasodoble que está sonando me aficionó a ser curioso para querer saber el  por qué de los títulos. Se estrenó el año 1933 en Jaén. Compositor: Emilio Cebrián Ruiz. El título iba a ser "Rafaelita González". Rafaelita González era hija de un concejal de Jaén. El director de la Banda Municipal de Madrid, Ricardo Villa,  aconsejó al maestro Emilio Cebrián que no hiciera "cosas" dedicadas a personas. El compositor mezcló las sílabas del nombre y del apellido y lo de “Rafaelita González” quedó en "RAGON FALEZ" que es el título del pasodoble que tanto suena en nuestras fiestas: Y que tanto ha interpretado la “Agrupación Musical Abanillense,” de la que van y vamos a hablar esta noche. Pero antes también hubo otras bandas. Sólo como recuerdo Eugenio nos da un apunte.
Antecedentes históricos de las bandas de música en Abanilla.- Comenzaré diciendo que la libertad y la música son unos de los más preciados dones que los dioses han dado a los hombres. El origen de la música va unido a la civilización humana. De nuestra villa tenemos referencias que se remontan a los siglos XVI, XVII y XVIII, en que músicos y danzantes abanilleros eran contratados para las fiestas del Misteri de Elche y del Corpus en Orihuela, aparte de sus actuaciones locales[1]. Fue a partir del siglo XIX cuando empezaron a constituirse a imagen y semejanza de las bandas militares las bandas de música civiles[2]. La primera referencia documentada de la constitución de una banda de música en Abanilla data del año 1877[3]. Fue su primer profesor y director Joaquín Casamitjana. En determinados momentos de su historia estas bandas locales también se denominaron como “municipales”, pues el director solía hacer de maestro, enseñando solfeo e instrumentación a los educandos, por cuya labor recibía gratificación del Ayuntamiento. A excepción de algunos directores los demás componentes no eran músicos profesionales, sino amateur, que compaginaban esta actividad con sus labores cotidianas. El mayor acontecimiento con bandas de música fue en las fiestas de mayo de 1922, en que se celebró “El centenario de la aparición de la Santa Cruz”. Además de la banda y músicos locales, actuaron la de Infantería de Marina y la del Regimiento Sevilla 33, de Cartagena. Las referencias de las personas que sabemos que dirigieron la banda de música de Abanilla, que unas veces se menciona como local y otras como municipal, en la primera mitad del siglo XX son las siguientes: En 1912 era el encargado de la música Manuel Lozano[4]; En 1919-1920, Pedro Lajara[5]; El tío Esteban Ruiz, cuyo alumno aventajado, Pascual Lozano Martínez (el Coronel), a la edad de nueve años ya hizo sus primeros pinitos con la batuta[6]; José Martínez Rogel, que era el pianista del café Oriental de Murcia[7]; De 1934 a 1944, Antonio Verdú Vicente[8]; A Verdú le sustituyó Antonio Ruiz Pacheco (Pistón)[9]; De 1948 a 1950, Ángel Perea Lozano (Angelico)[10]; En la década de 1950, se formó la “Agrupación Musical Abanillense”, que estrenaron la bandera en 1953, siendo su director Gabriel Beltrán Oliver[11]; La denominación de “Agrupación Musical Abanillense” perduró hasta 1988. Después nada se refleja en los programas de fiestas, hasta que mediada la década de 1990 aparece el nombre de “Los Veteranos” y la Unión Musical Santa Cruz, por lo que hemos limitado esta charla coloquio a este punto de la historia. Los músicos aquí presentes, cuyo abanico de edad oscila sobre el medio siglo, han formado parte de la Agrupación Musical “Abanillense”.



Ángel.- Ésta es la definición de músico que hacía el Tío Natalio. El tío Natalio vivía en la calle de la Reina. Cuando le cantaba las cuarenta a su hijo le decía de todo y para rematar la faena, tomando aire y respirando profundo, le aplicaba un apelativo que para él era lo peor de lo peor y gritando le decía: “¡Músico, músico y múuusico!”.A continuación os damos la lista de los 56 músicos encontrados que, salvo error u omisión involuntaria, nos pueden contar aún cosas de la “Agrupación Musical Abanillense”:               
Como representación y enlace está aquí Ginés Rivera Pérez, que fue de la banda  anterior a la Agrupación Musical Abanillense y tocaba el cornetín. En la misma época tocaba el bajo Antonio Martínez Ruiz.




Los músicos citados para este acto, salvo error u olvido involuntario, son los siguientes:
Percusión:
Cajas.- Marcos Navarro Vives, Salvador Riquelme Navarro, Joaquín Rocamora Rubira y Blas Rocamora Almarcha.
Platillos.- Pedro Sánchez Tristán y Paulino Tenza Hurtado (también el bombo).
Instrumentos de metal:
Trompetas.- Pedro Rubira Ruiz, José Pacheco Sánchez, Bartolomé Pacheco Mellado, Ramón Vives Rocamora, Juan Cutillas Gomariz, José Ruiz Lajara, Joaquín Riquelme Ramírez, Antonio Lozano Marco y José Mª Ruiz Riquelme.
Fiscornos.- Francisco Navarro Martínez y Antonio Riquelme Lozano
Trompas.-Ángel Cascales Ruiz, Demetrio Ruiz Torres, Salvador Cutillas Pacheco, Ginés Riquelme Rivera, Miguel Ángel Sánchez Rivera y Enrique Tovar Salcedo.
Trombones.-Miguel Ángel Sánchez Esteve, José Sánchez Yagües, Francisco Lajara Riquelme y José Lifante Vives.
Bombardinos.-Isidoro Lajara Riquelme.
Bajos.- Salvador Riquelme Sánchez, José Cutillas Sánchez y Juan José Riquelme Rivera.
Saxofones.- Ángel Rivera Riquelme, José Rocamora Tenza, Francisco Riquelme Tenza  y Bienvenido Oliver Rivera.
Instrumentos de madera:
Clarinetes.- José María Mira Rocamora, José Lajara Ramírez, Estanislao Díaz Tenza, José Mª Ruiz Tristán, José A. Riquelme Rivera, Mariano Oliver Navarro, Raimundo Tenza Riquelme, Manolo Martínez Lozano, Ángel Este Ruiz, Ángel Macario Sánchez Riquelme, Francisco Ramírez Riquelme, Pascual Guardiola Tenza, Esteban Lozano Marco, Antonio Pérez Martínez, Juan L. Yagües Omar, Jesús Ríos Torá y Ginés L. Tristán Marco.
Oboes.- Eugenio Marco Tristán y Rubén Martínez Lozano.
Requintos.- Francisco Ríos Torá. 
Flautas.- Francisco Esteve Ruiz.
            Está sonando “Pepita Greus” Pepita Greus es un gran pasodoble que se estrenó el año 1926. Su solo de clarinete o requinto me recuerda personalmente  a  Juan Pérez, el pintor. Muchas veces vemos escrito Creus, con C, y es un error. Lo correcto es Greus, con G. “Pepita Greus” existió. Era de Alginet (Valencia) y su nombre completo fue Ángela Josefa Greus Sáez. El compositor de la pieza, también valenciano, Pascual Pérez Choví, se enamoró de ella, pero como la familia de la muchacha no permitió la relación, ella se metió a monja. Dicen que Ángela Josefa escuchó ese pasodoble porque, también lo tocaron en el atrio del convento donde ella había entrado como novicia. Como decía, el solo de requinto en este pasodoble siempre me trae a la memoria a nuestro buen amigo Juan Pérez, el pintor, y por añadidura a los músicos de la Agrupación que ya no están con nosotros, tal vez nos pueda faltar alguno, pero nuestro pensamiento está con todos ellos:
Relación de los músicos fallecidos que también formaron parte de la Agrupación Musical Abanillense:
Requintos.- Manuel Lozano Segura y Juan Pérez Pérez, (el pintor), que venía desde Fortuna a reforzar la banda.
Clarinetes.- Ángel Perea Lozano (Angelico) y Antonio Marco Marco (el Torrao).
Saxofones: Pascual Lozano Martínez, (el Coronel), Francisco Lozano Vives (el Charquero) y     Cayetano Oliver Navarro.
Fiscornos.- Carlos Tenza Sanz (el Gavilán) y Gabriel Esteve Ruiz (Gabrielín).
Cornetines.- Antonio Lucas Sánchez.
Trombones.- Pedro Marco Rocamora y Antonio Rocamora Salar (Toico).
Bombardinos.- Antonio Rivera Pacheco.
Bajos.- Francisco Almarcha Hurtado, Pedro J. Ogallar Micó, Víctor Martínez Ruiz (el Mulato), Joaquín Ramón García (el de Claudio) y Paco Torá Tomás (el de la ferretería).
Cajas.- Jonás Martínez Torá, José María Rivera Torá (el Negro), José Sánchez Rubira, (el Zapatero).
Los platillos.- Monserrate Lillo Lozano.
Tal vez se nos haya quedado alguien en el tintero. Después nos lo comunicáis para completar este dossier. Ahora pido un aplauso de recuerdo para todos los que formaron parte de la Agrupación Musical y ya no están con nosotros. Repartiendo las citaciones para que los músicos de la Agrupación vinieran a este acto, nos hemos encontrado a alguien que, cuando pasaban lista, nunca estaba. Me estoy refiriendo a “Simón Seguí”. Aquí tenemos la invitación y no sabemos qué hacer con ella. ¿Alguien sabe el paradero de este señor? ¿Quién se inventó lo de “Simón Seguí”?



LOS MAESTROS DE MÚSICA: El primer director fue don Gabriel Beltrán Oliver; Pascual Lozano Martínez “el Coronel”, era el segundo de abordo, mientras había director. Finalmente fue él quién estuvo dirigiendo la Banda hasta la desaparición de la Agrupación Musical Abanillense. Eugenio nos va a citar a otros maestros: Don Ricardo Escribano; en 1959 lo fue don Manuel Silveira (el Gallego); uno al que le decían “Garbancito”, cuyo primer apellido era Murcia, aunque procedía de Almería; un tal don Pascual, que era de Alicante; Don José Marco, que vivió en la casa de Jonás, en la calle Atienza; Asensi, que era de la comisión fallera de Alicante; don Antonio Ginés Abellán;  don Salvador Sánchez Gómez, que vino en 1960 y trajo el primer trombón de varas. El 19-03-1961 se estrenó en Abanilla el pasodoble Francisco Bravo y fue el debut de sus primeros alumnos. Mención especial para Pascual el Coronel, aunque, a veces, nos llevaba de cráneo, repartiendo mil partituras para un desfile corto, porque no quería repetir ninguna pieza. Se hizo cargo de la Banda cuando se fue don Salvador.



LOS ENSAYOS: Al principio los ensayos se hacían en la Encomienda, que a la vez era donde estaban “Las Escuelas”. Se le denominaba “Academia” donde, además, se daban clases a todo el que quería iniciarse. Al principio pagaban los alumnos una parte y la otra el Ayuntamiento y después ya fueron gratuitas y las impartían dos o tres músicos de la banda. El lugar exacto es donde actualmente está la Biblioteca Municipal. Durante un breve tiempo los ensayos se hicieron en “La Casa del Pueblo”, en el Salitre[12]. Después se volvió otra vez a la Encomienda. Allí fuimos a aprender música con Gabrielín, Pascual el Coronel, José el Zapatero…Gabrielín tenía un pronto…, pero para enseñar tenía mas paciencia que el Santo Job. Con un educando que no aprendía ni a tiros, cambió su objetivo por el de enseñarle, al menos, de qué color era el caballo blanco de Santiago. Pepe Pacheco nos ha referido que en uno de los ensayo se estaba atacando el solo de trompeta que hay en la marcha de procesión “Jesús Preso”. Pero en vez de tocarlo uno solo se pusieron a hacerlo todos los trompetas juntos. Os podéis imaginar cómo salió. El maestro Beltrán, al terminar, mirando al cielo alzó los brazos y dijo: ¡¡¡Señor, baja y llévatelos!!!”. Jesús el de las Cabras, que vivía enfrente, se quejó al alcalde, don Pedro Rivera, que era su sobrino, porque los ensayos no le dejaban dormir. Don Pedro fue dejando pasar el tema, prometiéndole que habría un local nuevo y que ya no le molestaría. Pero al poco tiempo Jesús fue a pedirle que no se fueran de allí los músicos, porque las noches en las que no había ensayo no podía dormir. Vamos a cantar todos juntos la lección 21 del método de solfeo Eslava: do, re, do, re, mi, fa, mi, fa, sol, mi. Re, mi, re mi fa, sol, fa, sol, la fa...Esta pieza está ya en la zarzuela “Música Clásica”, de Ruperto Chapí Lorente, estrenada el 20-9-1880. Y como el edificio de la Encomienda estaba en estado ruinoso, se traslado la música a otro, en la almazara de don Ricardo Guirao, que el Ayuntamiento adquirió, en la calle del Doctor Fleming. Se ensayaba en el primer piso. Después en dicho lugar hicieron la plaza de Abastos y se ensayaba en la planta baja. Ángel Cascales, especialista en inventar letras, en el ensayo de la fantasía de la zarzuela “La Rosa del Azafrán”, en el momento ese de las espigadoras  que dicen: “Ay, ay, ay, ay. Qué trabajo nos manda el señor, levantarse y volverse a agachar… Él lo remató con “todo el día con el culo al sol”. La letra original es “Todos los días a los aires y al sol”. Se armó buena. Más adelante nos contará la letra de un pasodoble que se hizo famosa por los hechos que la rodearon. Ángel el Majo cuenta que en un ensayo el maestro Beltrán le dijo a Jonás que pusiera un ojo en el papel y otro a él. Y Jonás le dijo: ¿Y el otro donde? El maestro ignoraba que Jonás llevaba un ojo de cristal. Siguiendo con los emplazamientos de la Academia, recordar que cambiaron al edificio donde estaba antes  Falange, después la Biblioteca y ahora el Centro de Salud. Los ensayos eran por la noche, pero algunos solían llegar tarde, por lo que hubo que pasar lista y aplicar descuentos.
            Casi la totalidad de los instrumentos musicales eran del Ayuntamiento, pero como había bastantes deficientes, poco a poco algunos músicos compraban otro en propiedad. Incluso con dinero de la banda se compraron algunos: el oboe, un trombón, etc. El arreglo de los mismos era de forma casera y artesanal. Ni Mc Guiver nos metía mano: La fabricación de zapatillas para los clarinetes, los saxos y los instrumentos que las necesitaban, las hacíamos con el pellejo de la longaniza y guata o fieltro. Se pegaban a las llaves con lacre. Se fabricaron bastantes, pues los instrumentos eran muy antiguos y ya no había en el comercio de repuesto. Con el  aceite de almendras dulces se untaba el interior de los clarinetes, oboes y requintos. Los muelles los solucionábamos en casos de rotura imprevista con las gomas elásticas y los reponía Rogelio el relojero. Algunos llegamos a hacernos las cañas. La materia prima la cogíamos del cañaveral del tío José Rubira, en el puente que hay al bajar la cuesta de la Ermita. Entonces una caña Bandoren para clarinete costaba 7 Ptas. Juan José y Ginés el del Conde arreglaron una bomba del trombón de Isidoro, utilizando para ello un tubo de cobre de una cocina de butano. La bomba les salió un poco más larga de la cuenta y, sin exagerar, dicen que le bajó el sonido al instrumento casi un tono y medio. Algunos clarinetes se restauraron. Macario dice que reparar el suyo, niquelado de las llaves y las zapatillas, le costó 210 Ptas. Pascualín y Paco el Doctor se compraron un clarinete nuevo, en Francia, y como estaban en el sistema normal y la banda iba en brillante, para ajustarles la tonalidad hubo que adaptarles el barrilete.
LA BENDICIÓN DE LA BANDERA.- En el Programa  de Fiestas de 2007, Gabriel Esteve (hijo), escribió lo siguiente: “El 21 de junio de 1953 (curiosamente esta fecha coincide en la actualidad con el Día Europeo de la Música), bendijo la bandera, de la Agrupación Musical Abanillense el párroco de nuestra iglesia D. Domingo Vicente Ripoll, siendo el alcalde D. José Sánchez Abad. La madrina fue su esposa Dª Francisca Marco. Asistió al acto la banda en pleno.



Las mujeres que la bordaron figuran en la foto y son, (de izquierda a derecha):
Francisca Ruiz Martínez, Maruja Marco Marco, Carmen Lozano Martínez, Carmen Ros Ballesta (mujer de don Juan, el administrador de correos), Purita Esteve Ruiz, Encarnación Rubira Ruiz, Mª Manuela Rivera Gaona y Maruja Rubira Ruiz. Las bordadoras, por la tarde, se reunían en el patio de correos, (que estaba en la calle del  Centro) y sobre un gran bastidor consiguieron esta joya. El presidente fundador de la Agrupación Musical Abanillense fue el Tío Antonio el de Angustias y el secretario Antonio Marco (el Torrao), que trabajaba en Correos, de telegrafista. La fotografía de la bendición de la bandera se hizo en la fachada principal de la iglesia, la que da a la Placeta.
EL TRAJE.- En el citado escrito del programa de fiestas de 2007, se refiere lo siguiente: “A comienzos de los años cincuenta se creó la Agrupación Musical Abanillense. En mayo, en las fiestas de la Santa Cruz, estrenaron uniforme, confeccionado por un sastre de Murcia, el Sr. Oliva. Tenían uno azul marino y otro gris; posteriormente, se hicieron una chaqueta blanca. Como estos trajes llevaban gorra, hicieron una funda blanca para ponerla sobre ella cuando usaban el uniforme con esta chaqueta”. Una anécdota al respecto fue la siguiente: A Pepe Lifante le quitaron o se le perdió la gorra azul y cogió la gris y la tintó de azul. Un día, en Yecla, empezó a llover y se le fue el tinte, manchándole la cara.  
LA MISA DE PEROSSI.- En las fiestas de mayo, el día 4, se cantaba la misa solemne de “Te Deum Laudamus”, de Perossi, con las voces de don Juan Abellán (el de Correos), don Pedro Cascales Mellado, Paquito Esteve, como tenor, etc. Algunos músicos no se acuerdan de esto, porque se iban a lo alto del campanario a jugar a los montones.
LOS CONCIERTOS.- En la plaza del Caudillo (la del Ayuntamiento), para las fiestas se montaba “el tablado”, igual que para las de septiembre en Mahoya. Era una estructura de madera, a la que se accedía por una escalera exterior. En una ocasión el tablao se hundió. La causa fue que como el castillo se tiraba en el rincón donde comienzan las escaleras, la gente, huyendo de las chispas, se arremolinó hacia el tablao, con lo que cedieron los apoyos y volcó. Hubo un herido de consideración, que fue el padre de Salvador Felipe. En Fortuna también montaban un tablao, al cual se accedía por una escalera central. También sufrió un hundimiento, en el que resultó con magulladuras el maestro Beltrán. Se sospecha que la causa fue que los músicos se agolparon precipitadamente en la bajada. El carpintero que lo hizo pasó la noche en la cárcel.  Cuentan que Pepe Lifante interpretaba el solo de trombón de la zarzuela La Dolorosa a la perfección y que el Alcalde de la vecina localidad le propuso buscarle novia.
            “En verano – escribe Gabriel en el programa de Fiestas citado- era raro el domingo que no hacía un concierto en la Ermita; primero junto, a la ermita de San Antón y después encima del kiosco, (los dos lugares desaparecidos). Tenían un repertorio amplísimo, principalmente de zarzuela. La pizarra anunciándolo la escribía mi padre y la colgaba en la reja de la ventana de Salud (calle de San José, junto al estanco)”. El acceso a la terraza del kiosko era por medio de una escalera de madera, sin barandilla ni protección alguna, con bastante inclinación, por lo que había que subir haciendo equilibrio.
Para cobrar lo estipulado en el reparto que se hacía, había que realizar todo el recorrido de dianas, pasacalles o procesiones, porque de lo contrario Manolo Lozano Segura puso de moda pasar lista tres veces durante los recorridos y en los ensayos. Como había categorías, algunos, entre lo que faltaban y llegaban tarde, casi les costaba las perras. Los ensayos eran a las diez de la noche y el que llegaba después del descanso no le contaba.
LA ROMERÍA DEL 3 DE MAYO Y LA CRUZ DE SEPTIEMBRE.- “Amparito Roca” es ese pasodoble que suena cuando la Santa Cruz llega a la Ermita, a la vuelta de la Romería del 3 de mayo. ¿Quién fue esta señora? Dijeron unos que Amparito Roca era una cupletista de Teruel, allá por los años 30. No es cierto. Era de la población valenciana de Carlet y su nombre completo fue Amparo Roca Ibáñez. A Carlet llegó de Barcelona, como director de la Banda Primitiva, Jaime Texidor Dalmau. El maestro Texidor dedicó a Amparito, cuando ella tenía 13 años, este pasodoble, que está en la antología de nuestra música española. “Amparito Roca” se estrenó en septiembre de 1925. Por si alguien quiere saber qué pasó más con esta criatura les diré que continuó estudiando música y atendiendo el negocio familiar de tejidos; se casó con un exportador de frutas y tuvo dos hijos. Falleció en 1993, hace 16 años. La banda de música, igual que ahora, acompaña a los capitanes en todas sus salidas, pero antes se iba a rodar la bandera al Lugar Alto, al campo de fútbol (actualmente la piscina) y las eras que habían alrededor del pueblo. En el año 1969, que fue capitán Pedro Sánchez Tristán, se implantó como canción de moda “El Submarino Amarillo”. Al siguiente año, Pedro tocó los platillos con tanto fervor que los volvió del revés. Ángel Cascales refiere que hay dos pasodobles que el maestro Verdú compuso para nuestras fiestas: “Los Capitanes” y “Los Pajes”. De éste último, Ángel Cascales se sabe la letra de la primera parte, pero no recuerda la segunda. No existe la partitura.
LAS HOGUERAS DE SAN JUAN EN ALICANTE.- Maruja Marco refiere que el ir la banda a las fallas de Alicante fue porque su padre tenía buena amistad con el señor que llevaba las barracas de la falla del barrio de Benito Pérez Galdós. Ángel Cascales cuenta que cada año se traía un ninot indultado por él, que lo quitaba de la falla momentos antes de empezar la quema: dos muñecos, una lavadora, la cual le hizo creer a su mujer que era de verdad, etc. Al referido barrio fueron bastantes años y se hospedaban en casas particulares. Allí ocurrió el incidente de Paco Almarcha y el Vodka. La banda iba tocando a mediodía, hacía calor y pararon a beber unos refrescos y entre otros había una botella con el líquido del mismo tono que el agua, pero era vodka. La banda cuando paró iba tocando la pieza titulada “De Cascais a Lisboa”. Según los presentes acudió un médico y tras reconocerlo dijo: No es mal de morir, pero la cosa va para rato. Encarna Almarcha (hija de Paco), cuenta la historia de lo que le ocurrió a su padre tras su llegada al pueblo; que “resucitó al tercer día”.



VESTUARIOS ESPECIALES.- De romanos en la Semana Santa de Orihuela y de hebreos en Cartagena, donde era obligado tocar la marcha de procesión “Macarena”, del maestro Cebrián. El 12 de abril de 1981, Domingo de Ramos, debutó allí la última hornada de la Agrupación Musical Abanillense. Algunas madres tuvieron que hacer de costureras in situ, para que sus hijos no fueran arrastrando la saya.



FIESTAS EN PUEBLOS CERCANOS.- La banda acudía regularmente a las fiestas de Fortuna, La Murada, Benferri, Macisvenda, Pinoso, La Torre del Rico, etc., donde hay para contar significativas y variadas anécdotas: Cuando terminaba la actuación los músicos jóvenes pretendían quedarse un rato para divertirse. Algunos músicos mayores tenían prisa en regresar, por lo que hay que destacar que Gabrielín se vino andando desde La Murada, Paquito desde Macisvenda, Pedro el de Crispín desde Fortuna, etc.; Juan el pintor, con el requinto, y Eugenio, con el oboe, le hacían la competencia al tío de la charamita; En La Murada, en la suelta de la baquilla, resultaron con contusiones de pronóstico leve Monserrate Lillo, El Niso y el Negro Martínez; En La Torre del Rico, estaban algunos músicos dentro del bar y entró la vaquilla; En las fiestas de Pinoso, en la suelta de la vaquilla, en valenciano decían “la vaca no ve”, que en castellano es “la vaca no viene. Algunos creyendo que era ciega la vaca se acercaban y se llevaban algún revolcón. Aunque lo más sonado fue lo de la gallina muerta en el estuche de los platillos, a cuyo suceso Ángel Cascales le supo letra a la música de Francisco Bravo: “Qué mala follá que tiene  el platillero, el platillero, que en la fiesta de Pinoso, se metió recovero…”; Al regreso, en el autobús, para animar el cotarro, se puso de moda lo de“Al campo miro. ¿Qué ves?... Una hoya… ¿Quién es?…fulano que tiene mala folla”.
            Y con el autobús hemos llegado al final de una parada, porque esta charla coloquio sobre “Las cosicas de Abanilla” con la “Agrupación Musical Abanillense”, podría dar muchas más. Eugenio va a proceder a la despedida y cierre.- Concluyo diciendo que allá donde los hombres han estado, han dejado testimonio de su paso por la tierra, unos creando belleza y otros arrasándola. Los músicos de las bandas locales, sin  llegar al grado de la erudición, crean belleza y alegría entre sus congéneres, por lo que su memoria perdura bastante tiempo entre sus conciudadanos. Todos somos conscientes que nuestra romería, procesiones y desfiles de moros y cristianos no serían lo mismo con música en vivo que en conserva Con esta charla coloquio queremos acrecentar y afianzar la memoria colectiva de nuestro pueblo, ahora que todavía estamos vivos, en la edad en que afloran nuestros recuerdos más pretéritos. Amén de rendir un sencillo homenaje tanto a los presentes como a los ausentes que no hayan podido venir o estén en el Más Allá, por su tesón y entusiasmo. Porque la Agrupación Musical Abanillense, ha sido un eslabón más de la cadena musical de esta villa que, a su vez, ha dado pie a la continuidad de la misma, sin menoscabo del pasado ni del presente, sino todo lo contrario



Agradecimientos: A todo los que estáis aquí porque habéis venido, y a los músicos asistentes; Al teniente alcalde Pascual Martínez Ramírez, que no ha venido porque está de viaje, pero nos ha ayudado en todo lo necesario; A Teresa Martínez y a Pedro Antonio Sánchez; a Gabriel Esteve, por sus apuntes sobre la historia de la Banda y por sus  fotos; A Manolo, conserje y músico, a Ramón Rocamora y a Víctor Esteve, por su apoyo técnico; Y a todos los que sepan perdonar los fallos e imprevistos y quedarse con lo mejor de esta noche; Y dicho esto Eugenio y Ángel os emplazan para el año que viene a otra sesión de “Las Cosicas de Abanilla”, porque haberlas háylas… y muchas. Como coletilla final os digo: “Sean  felices, porque cuesta lo mismo y los que están a  su alrededor lo agradecen más… ¡Algunos![13]


[1] Artículos varios en revistas y programas festeros.
[2] Demetrio Ruiz Torres. “Influencia de las bandas y la música militar sobre las agrupaciones o bandas civiles”. Programa de fiestas de 2007.
[3] José Iniesta Magán. Revista cultural Musá Ben Nusayr. 2003. Legajo existente en el AGRM
[4] Actas del Ayuntamiento. Investigación efectuada por Ginés Rocamora Vives.
[5] Revista cultural Musá Ben Nusayr de 2003, página 75. Escrito de Juan Navarro Lifante y esposa.
[6] Referencia oral de Pascual el Coronel
[7] Referencia de Ángel Cascales Mellado
[8] José Iniesta Magán. Revista cultural Musá Ben Nusayr. 2003
[9] Bajo su dirección se puso de moda tocar “El Patinete”
[10] Programas de fiestas
[11] Gabriel Esteve Ruiz. Programa de fiestas de 2007
[12] Estaba en lo que actualmente es el comienzo de la calle Solidaridad
[13] Apunte posterior a esta charla coloquio: Según la crónica periodística de la visita pastoral del Obispo a Abanilla, el 14-10-1897, publicada en El Diario de Murcia del día siguiente, se reseña que la banda de música la dirigía el profesor don Francisco Marco Sánchez.